lunes, 15 de noviembre de 2010

No, no?

Y volvió papá nomás.
Y me debato entre lo malo que es que me quedé sin soledad, sin auto y sin plata, y entre lo bueno de que haya vuelto con regalos, que este de nuevo en casa para malcriarme y el paseo por el aeropuerto que di mientras esperaba 3 horas a que llegara el avión.

Digo yo, no lo podré mandar a vivir acá a la vuelta, conseguirle otro auto, que me siga manteniendo y me traiga confites importados una vez por semana?

sábado, 6 de noviembre de 2010

Me rehuso

Hace un tiempito que vengo con ganas de escrbir un post. Tengo ganas de escribir un buen post, uno lindo, bien escrito, pensado. De esos post que dan gusto subir, que lo ves y decis, mierda que copado esto.
Pero ese tipo de post requiere una preparación. Hay que tomarse el tiempo, sentarse en la maquina con tranquilidad, poner la tele bajita para que no distraiga, y pensar. Prender un pucho capaz, y tomarse el tiempo. Contar algo, adornarlo con palabras. Que no sea muy extenso, pero tampoco muy corto. Que no hable de boludeces, pero que tampoco se zarpe en profundo.
Pero no puedo, quizas porque no tengo tiempo, porque estoy cansada, o porque ultimamente no prendo la maquina ni para ver los mails que papá me manda de lejos. Por ahí porque no tengo un minuto de soledad en casa, o porque en la oficina no tengo internet. Capaz es que me volví monótona, o ya no tengo nada interesante que decir. Puede que sea que me ganó la rutina, el trabajo, el estudio, el stress del que tanto me habla mi pediatra.
Y no me gusta. No me gusta pensar que ya no puedo escribir, que no puedo hacer lo que tanto me gusta. No quiero convencerme que soy una más de los que viven para la rutina, no quiero creer que vivo para trabajar y nada más, que ya no tengo tiempo para mí. Quiero dejar de retrasar las cosas improductivas que me dan placer, quiero cagarme en la responsabilidad y sentarme a escribir de vuelta. Dejar de estudiar un rato, no salir alguna noche, llegar tarde al laburo si es necesario. Pero nunca abandonar esto.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Soledad? no, no la ubico

Yo pensé que cuando papá se fuera me iba a quedar sola. Pero no.
Desde el viernes a la tarde que salió su avión, no estuve sola un minuto. Al parecer tener una familia grande y amigos copados rinde sus frutos.
Sin ir más lejos en este momento hay 5 personas en mi casa, de las cuales 2 vinieron con bolsos para quedarse. Mi tía no para de llamarme para ver si necesito algo o si quiero ir a comer con ella. Mi abuela me llamó todas las noches para ver adonde iba y para decirme que tenga cuidado, que esta todo muy peligroso, que el auto y que bla bla bla.
Mauricio no entiende nada. Va al cuarto de papá y llora mirando la cama, como pregutnando cuando viene, y mira a los intrusos con desconfianza.

En fin, esta casa es un kilombo terrible, y yo que pensé que iba a tener un poco de paz.