domingo, 24 de octubre de 2010

Creia que sí, pero no

Y después de un mes sin verlo, de pensar que ya fue, que ya no me importa, que no me mueve un pelo, después de creer que lo había dejado pasar lo ví.

Lo ví y me movió el piso con esos ojos, esa sonrisa y su "conchuda, te extrañe, empeza a venir más seguido vos". No se que tiene, pero me puede. Me puede y me dejó pensando todo el sábado, en esa invitación a desayunar que negué aguantándome las ganas, y ese beso que no me dejé dar cuando me fui.
Me confunde, mucho. Me confunde con esas cosas que hace y dice. Me molesta verlo tan poco y quedarme maquinando toda la semana, hasta que nos volvemos a encontrar.
Es que Ariel tiene esa capacidad de dejarme con las ganas de esa nada que me da, de ese vacío en el que estamos. Puede ser el mas forro de todos los que conocí, o por ahí no tanto, pero abre la boca, me da un abrazo, o me mira desde lejos, y me olvidé de eso.

viernes, 22 de octubre de 2010

Un gusto, un temor, y una comida sin probar

Café pasó la posta, y qué mejor manera de volver al blog?


Un gusto: Dormir hasta que no tenga más sueño. Son tan pocas las veces que puedo hacer esto que cada oportunidad que tengo la aprovecho. La sensación de abrir los ojos, darme cuenta que son las dos de la tarde, y sin darle importancia darme vuelta para dormir un ratito más, no tiene precio.

Un temor: Que se muera papá. De chiquita tenía varias pesadillas en donde se moría de las maneras mas raras. Sin ir más lejos, en una el estaba acostado en su cama y saltaba un tiburón desde abajo de la cama y se lo comía. Ahora ya no tengo esas pesadillas, cuestión de maduración supongo, pero a veces imagino como sería que se muriera y me hace re mal.
Y si, algún pequeño signo de edipo tenía que tener no?

Una comida sin probar: Sushi. Jamás comi sushi, ni lo voy a hacer. A mi es como a los chicos que les dicen "como podes saber que no te gusta si no lo probaste?" Y yo contesto que sí, que sé, que es obvio que el sushi es horrible. Porque esas cosas, uno simplemente las sabe.

martes, 19 de octubre de 2010

De mi conocimiento, doy fe

Puede ser que una mañana de martes con resaca no sea la mejor solución para semanas enteras de cansancio y stress, pero que una noche de lunes con caipirinhas te cambia la rutina de una manera muy refrescante, eso seguro.

jueves, 7 de octubre de 2010

Stalker

El lunes conocí un tipo en un ascensor. Charlamos hasta la planta baja y le pasé mi telefono.
El martes me lo cruce en la calle, casualidad. Y sí, trabajamos por la misma zona.
El miércoles me lo volví a encontrar. Wow, increible. Me acompañó unas cuadras, me preguntó boludeces. "De donde sos?" quiso saber. "Caballito". "Ah, si. Ya sabía".
Hoy me llamó. "Estan caros los puchos no?" me dijo en el exacto momento en que yo salía de un kiosco.



Yo estoy medio paranoica, o tengo razones para sentirme un poquito perseguida?