viernes, 6 de agosto de 2010

Un poooquito de Sherlock homes boló

Del uno al diez, ¿cuán patética puedo ser que recién cuando volvia a mi casa, desvie mi camino para pasar por el bar a ver si renunció o no?
No es necesario que me contesten, sé que es un 10 con signos de admiración.



Y no, no renunció. Fue una desilusión el hecho de haberme sentido aliviada cuando vi su auto estacionado en el lugar de siempre.

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